Cada gota de agua tiene un nombre
La que cae desde la luna desplomada
resbalando por el pelo y se detiene en la raíz
Humedeciendo el tiempo
amaneciendo en la trinchera
emparejada con otras por no querer ser hoy
la última expulsada del paraíso
del color del otoño
del calor de la primavera.
Cada gota de agua tiene un nombre
la que resbala frotando la piel
apretando los rincones del cuerpo,
sabiendo cada medida del silencio
acariciando la nuca
discurriendo entre las piernas apretadas
buscando el mar en las entrañas
hasta detenerse exhausta
en una garganta de barro
con la lengua de piedra sosteniendo la saliva
para quedarse siempre.
Cada gota de agua tiene un nombre
incluso la que creada no ha nacido
Por miedo a saberse mundana como otras
como las cosas
estallada entre las manos.