
La cabaña
Llega la noche a la cabaña
el paradigma de la duda
de quedarme en el fuego donde nazco
o salir obligada a la última tristeza
En la finca –un árbol–
En qué rama nos quitaron la esperanza
no existe nada bajo el cielo callado
solo las heridas midiendo el tiempo
lluvia de manos y ojos sin brillo
En el puerto –el olvido–
Ella piensa en lo que pudo retener del aire
con insomnio dibuja las horas del dolor
un golpe de mano
una mortal fatiga acostumbrada al infortunio
En la ventisca –un grito–
En qué momento dejamos de cuidarnos
fabricamos trampas en el juego equivocado
sin armas fuimos a la guerra
para vivir presas en el sigilo de las fuentes
En la niebla –la palabra–
Ella siembra sobre rosas negras cementadas
en el exterminio de la dulce materia
en la armonía verde de la montaña
en el pasar…
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