Agazapada
bajo las piedras y las horas,
esperaste, paciente, la llegada
de esta tarde
en la que nada
es ya posible…
Angel González
Mientras los días van y se vienen
las piedras del mar también lo hacen
hay un momento en que te tumbas sobre ellas
sin saber su nombre ni su origen
los territorios que han viajado
simplemente las conoces por su forma de mirarte
– mientras el mar y yo compartimos
esa extraña forma de querernos-
Te acarician la espalda
se clavan hasta hundirse en tu piel
hasta escuchar tu risa como un mar de fondo
y en ese justo momento es cuando se mueven
Luego se van a varar a otras playas
con otro tamaño, otra forma, otros colores
Algunas se quedan en el fondo marino
inertes e impasibles
buscando su propia casa
mientras los peces nacen y mueren
A veces pienso
si el océano inmenso rompe cada roca en pedazos
los convierte por un instante en suaves piedras
para que lleguen a acariciar el cuerpo de una mujer
antes de convertirse en almas llenas de arena
