Acerca de

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La vida de un poema nace y muere en la palabra,  pero la transmisión a través de cualquier medio hace que se mantenga vivo.
La poesía «de decir» me ha acompañado a lo largo de mi vida. Nació y empezó a crecer y a «ponerse redonda» desde mi infancia y creo que a día de hoy no podría vivir sin escribir un verso o algo a diario. El lenguaje me transforma y siempre intento buscar la libertad y la felicidad creando, llegando  a construir la aporía perfecta de mi pensamiento.

Todo eso también me da fuerza para seguir haciendo lo que me gusta. Un día, encontré este espacio y me aliè con él para transmitir  públicamente algo de lo que acierto a expresar a través de la palabra; y me quedo satisfecha pensando que alguien en cualquier lugar del mundo puede leer unas letras, disfrutar con alguna de mis fotografías y que en algún instante la emoción y el sentir es compartido e  inunde sus sentidos.
Este propósito hace que me dedique a a servir a este sitio unos minutos al día compartiendo una parte de mi ser.

Es así que mi trabajo en este medio se plantea como una continuidad en el trasunto de la contemporaneidad, tomando parte de la toma de conciencia de mi misma y de una soledad primordial que se hace eco de la historia. La escritura ha conseguido que pueda sospechar de todo y sin ella la realidad para mí sería más escurridiza y endiabladamente difícil.

Nuestro nivel de conducta y satisfacción se ha disparado con la tecnología y sin embargo nos estamos quedando huérfanos de padre y madre en el orden afectivo y espiritual. La alegría está desapareciendo, el descrédito de las pasiones y la pérdida progresiva de la capacidad de sorpresa, saturados de estímulos para el deseo pero sin ningún grado de felicidad.
Solo en la escritura he podido encontrar ese lugar trascendente de la vida donde no hace falta dar explicaciones…siendo consciente, ahora más que nunca,  de que las mayores revoluciones han salido de las «cárceles».

La pérdida de la libertad potencia la conciencia y el díalogo interior;  y aunque creí en algún momento ser dueña de un lugar que me regalaba un maravilloso y ficticio horizonte creo que en este pequeño camarote que he creado, la libertad de mi alma alcanzará la copa del árbol de la felicidad sin chantajes ni concesiones.

Cris.

Por cierto, también se busca editor/a

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